El trabajo de Malani está influenciado por sus experiencias como refugiada de la partición de la India. Ella coloca iconografías heredadas y estereotipos culturales bajo presión.

Su punto de vista es sin vacilaciones urbano e internacionalista e incansable en su condena al nacionalismo cínico que explota las creencias de las masas. Su trabajo es es un arte de la franquicia, que va más allá de las fronteras de la narrativa legitimada, excediendo lo convencional y proponiendo el diálogo.

Característico en su obra ha sido el movimiento gradual hacia nuevos medios como la instalación, el teatro de sombras, los trabajos de proyección de múltiples, el teatro y la ampliación de las dimensiones de las superficies pictórica hacia el espacio que rodea el dibujo.